viernes, 18 de diciembre de 2009

Fallecimiento en accidente de tráfico.


Ayer murió Carlos Sopena, profesor en la UPNA en Pamplona y Tudela. Aquí, en la Ribera, es donde te conocí más personalmente, cosa que tiene ser un minicentro Universitario con muy pocos profesores de los cuerpos docentes. Y si no se puede decir que fuéramos amigos cercanos, sí que te cogí aprecio. En un trabajo como éste, donde para nuestro pesar hay tanto listo y listorro, tantos humos y soberbia, tanto mal nacido e hijo de puta, tu forma de comportarte, ese andar tuyo siempre despistado, tu dedicación a tu trabajo (docente e investigador; recuerdo las conversaciones a cuenta del motor de hidrógeno) y siempre esa forma de trabajar sin importarte lo que pasaba tu alrededor, era un modelo nuevo para mí y creo que para muchos.

Recuerdo muy bien la primera que nos vimos. Estábamos en la ETI, te disponías a impartir tu primera clase a los alumnos de segundo (qué pocos eran, apenas un puñado) y tenías un portátil nuevo... y no encontrabas cómo lanzar la pantalla al proyector. Me hizo gracia cómo te quitabas las gafas, acercabas la cara al teclado y me preguntabas si véias el F9 o algoun tecla parecida. Me pregunté de dónde habías salido, si eres un asociado nuevo (¡otro más!) y que asignatura estarías impartiendo. Luego vinieron más momentos, alguna ocasional comida en Pamplona cuando coincidíamos (me gusta comer pronto, me decías)... Recuerdo bien una de las últimas bromas que te hice... "podías venir algún día a Tudela en tu coche de hidrógeno". No lo veré, un coche, pero de gasóleo, se te ha llevado.

Accidente de tráfico en la N232, al final de la autovía A68 en Cortes, informa la presa, justo antes de entrar en Zaragoza, la tierra donde vivía tu mujer y tus hijos. La carretera esa puñetera carretera, dominio de miles de camiones, trailers, transportes especiales,... que es la N232 ha vuelto a quitar otra vida, pero por esta vez le puedo poner cara. Y duele.

Malditos seáis todos vosotros políticos aragoneses. Maldita vuestra ralea. Malditos seáis por mantener semejante esta carretera, trampa mortal, todos estos años. Malditos por las muertes que las que indirectamente sois responsables y que como un goteo incesante nos recuerdan que ir y volver a nuestra casa, donde nos espera nuestra familia, es jugarnos literalmente la vida. Un muerto más, y llevamos no sabemos cuántos, porque vosotros, todos vosotros, políticos y politicuchos que viajáis en vuestro coche oficial, esos audis blindados con todo detalle (¡faltaría más para un servidor del pueblo!), cuando no es en AVE o en avión, con vuestras dietas y vuestro riñón bien cubierto, que ignoráis lo que es la vida del trabajador de la calle, lo que cuesta conjugar trabajo y familia, habéis demostrado que os ha importado muy poco aquello de lo que no podéis sacar ni votos ni mordida por mucho dolor que provoque. Malditos séais.

Descansa en paz Carlos. No te olvidaremos

1 comentario:

  1. Carlos, puro afán por vivir, te has ido sin avisar. Ccomo tu Hidrogeno. Los que te hemos conocido no te olvidaremos. hasta siempre. Juan Carlos.

    ResponderEliminar